Teatro Argentino


La historia de este teatro se remonta a fines del siglo XIX, cuando vecinos de la naciente ciudad de La Plata, concibieron la idea de dotar a ésta de un teatro de envergadura. Nació así, en 1885, la Sociedad Anónima Teatro Argentino que adquirió la manzana que ocupa el actual edificio.
El proyecto de construcción fue llevado adelante por Leopoldo Rocchi, arquitecto italiano, quien ideó una estructura según los modelos de su país, dotando a la construcción de un estilo renacentista. Las obras comenzaron en 1887, con un tiempo estimado de tres años. El teatro constaba de cinco niveles, con palcos y galerías, pudiendo albergar hasta 1.500 espectadores. Su construcción demandó cinco años de ardua tarea, pero esto no impidió estrenar su primera obra el día del octavo aniversario de la joven ciudad de La Plata, el 19 de noviembre de 1890 con Otello de Verdi.
Durante los siguientes veinte años desfilaron por sus tablas artistas de renombre y numerosos talentos del país. Pero durante este tiempo, la sociedad administradora del teatro comenzó a tener problemas financieros que derivaron en el remate público de la sala en 1910 y el comienzo de un largo y penoso juicio por cuestiones fiscales, que provocó que el teatro permaneciera cerrado por un largo período. Este litigio terminó recién en 1937, y como consecuencia de ello, el estado provincial tomó posesión de los bienes de la sociedad anónima. El largo período de inactividad causó serios daños a la estructura edilicia, lo que demandó que se hiciera una profunda refacción que dio un nuevo aspecto a la sala durante las siguientes cuatro décadas. Esta reforma dotó al teatro de una estructura tal, que le permitió montar sus propios espectáculos. También, en 1938, creó una orquesta y coro estable, que debutó con La Bohème, de Giacomo Puccini. Años más tarde, en 1946, se creó el Ballet Estable, cuya primera directora fuera Giselle Bohn. Todo esto hizo que el Teatro Argentino de La Plata fuera el orgullo y el lugar obligado de encuentro de la sociedad amante de la ópera y el ballet.
En 1977, durante un habitual ensayo del ballet estable, un incendio redujo en pocas horas a cenizas la sala de estilo renacentista, permaneciendo en pie sólo el foyer y las paredes perimetrales. ​
El gobierno decidió demoler completamente el teatro y llamó a un concurso público para la construcción, en el lugar, de un nuevo y moderno centro cultural que continuara la gloria del antiguo Teatro Argentino. Las obras comenzaron en 1980 en 1984 se terminó de construir, pero éstas sufrieron constantes retrasos y paralizaciones. El complejo consta de una superficie de 60.000 m² cubiertos polifuncionales , con salas independientes, áreas de ensayo, camarines y talleres varios, entre ellos el de escenografía, vestuario y utilería. El proyecto pertenece a los arquitectos Tomás Oscar García, Enrique Bares, Roberto Germani, Inés Rubio, Alberto Sbarra y Carlos Ucar, quienes ganaran el concurso para la construcción de esta moderna estructura el 14 de agosto de 1979, entre 71 proyectos presentados. 
Durante el extendido período de construcción, los integrantes de las distintas compañías estables del teatro se presentaron en diversos escenarios de la ciudad, de tal manera que las celebraciones del centenario del Teatro Argentino, en 1990, fueron llevadas a cabo en las instalaciones del Cine Gran Rocha, alquilado a mediados de 1987 por las autoridades gubernamentales para dar cabida a los espectáculos del Teatro Argentino, que nunca dejaron de realizarse.
Finalmente, casi dos décadas más tarde, el 12 de octubre de 1999 se inauguró la sala lírica con el ballet Tango en gris del coreógrafo argentino Oscar Araiz y música de Atilio Stampone. En el complemento se presentó un concierto lírico en el que se interpretó fragmentos de óperas de los compositores Giuseppe Verdi, Charles Gounod, Umberto Giordano y Gaetano Donizetti.
La sala principal "Alberto Ginastera" posee la forma tradicional “a la italiana” en herradura, y entre plateas y los tres niveles de palcos y galerías alberga a 2000 espectadores. Es ámbito de normal desarrollo de las temporadas líricas, espectáculos coreográficos, y conciertos sinfónicos.
La maquinaria escénica de avanzada permite ofrecer obras de difícil montaje, con plataformas móviles y un sistema computarizado de iluminación de última generación. Presidiendo la sala se alza una imponente araña de bronce de tres toneladas y cuatrocientas lámparas de 25.000 vatios, cuyo diseño, de líneas modernas, está inspirado en la que tenía el viejo edificio.
El 22 de mayo de 2000, quedó inaugurada la Sala Astor Piazzolla, dedicada a las artes de cámara con capacidad para 300 espectadores. En este espacio se realizan conciertos de cámara, producciones teatrales, recitales populares, conferencias y congresos.
Asimismo, en el primer subsuelo fue habilitada la Sala de Exposiciones Emilio Pettoruti, espacio en el que se realizan grandes muestras dedicadas a las artes plásticas, tal el caso de los intercambios patrimoniales con museos nacionales y provinciales, o las de artistas particulares como Pablo Picasso, Benito Quinquela Martín o Florencio Molina Campos, entre otros.
Los amplios foyers han sido revalorizados para albergar pequeñas muestras de desarrollos temáticos, fotográficos o artísticos, que amplían las posibilidades de convocatoria y ofrecen la posibilidad de apreciar nuevos o consagrados artistas.
El Centro de las Artes se complementa con amplias salas de ensayo, camarines, talleres de producción (escenografía, utilería, vestuario).